Yo dije que no lo podía pagar y muy amablemente me dijeron que Abrazo del Cielo me becaba, por supuesto que no me lo podía creer hasta que lo viví.
Fué una experiencia maravillosa ya que yo nunca había ido a un retiro, me di cuenta que no había perdido nada más a mi bebita, sino que me hicieron recordar que había tenido dos abortos espontáneos y aparte me hicieron conciente de lo importante que era para ellos y para mí darles un nombre, además a la hora de mi confesión salió algo que mi mamá me había contado y era que yo soy producto de una violación.
Trabajé para perdonar todo lo pasado desde mi concepción, en mi niñez, adolescencia y juventud. Me siento renovada y liberada de cosas que quizá inconscientemente había olvidado y que sin embargo me ataban sin saber a qué.
Doy gracias a Dios por tan maravillosa experiencia!
Anónimo