Actos
y documentos pontificios.
Juan
Pablo II.
En este documento el papa San Juan Pablo II, contribuye a
la Iglesia a la defensa de dignidad,
papel y derechos de las mujeres, pero no en sentido estricto, sino hablando
directamente al corazón y la mente de todas las mujeres, consideradas a la luz
de la palabra de Dios. Y es en este diálogo con Dios, él señala:
·
Primeramente tenemos que dar gracias a la
Santísima Trinidad por el “misterio de la mujer” por todas y cada una de ellas,
que a lo largo de la humanidad se ha realizado en ella y por ella.
·
Por el designio
sobre la vocación y misión de la mujer en el mundo, por lo que
representa en la vida de la humanidad.
·
Te doy gracias Madre-Mujer. Por acunar la vida,
guiar y educar los primeros pasos de lo que será el camino del futuro
cristiano.
·
Te doy gracias Mujer-Esposa. Te unes
irrevocablemente al destino de un hombre mediante la entrega al servicio de la
comunión y la vida.
·
Te doy gracias Mujer-Hija, Mujer-Madre. Quien
aportas en la unidad familiar, sensibilidad, intuición, generosidad y
constancia.
·
Te doy gracias Mujer-Trabajadora. Quien aportas
a la vida social en todos sus ámbitos una cultura capaz de conciliar la razón y
el sentimiento.
·
Mujer-Consagrada. Quien te unes a María Madre de
Cristo con docilidad y fidelidad al amor de Dios.
La
libertad que el mundo no ha ofrecido, ha estado mal entendida y solo nos ha
alejado de la actitud de Cristo. El siempre tuvo una relación con las mujeres
de actitud de apertura, de respeto, de acogida, de ternura. Y desde este punto
nos enseña a ser honradas des siempre en el proyecto y en el amor de Dios.
El
papa San Juan Pablo II nos dice que debemos ser tomadas no nada más por el
aspecto físico, sino además por la competitividad, profesionalidad, capacidad
intelectual, riqueza de sensibilidad y en definitiva por la ¡ dignidad de ser
mujer! Ser personas con efectividad de igualdad pero sin perder de vista que
somos parte de la formación en los
procesos de la civilización del amor.
Pero dar gracias no basta. Por desgracia somos herederos
de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en
cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer, despreciada en su
dignidad, olvidad de sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso
reducida a esclavitud. Esto le ha impedido ser profundamente ella misma y ha
empobrecido la humanidad entera de auténticas riquezas espirituales.
Este sentimiento debe convertirse para toda la Iglesia en
un compromiso de renovada fidelidad a la inspiración evangélica, que
precisamente sobre el tema de la liberación de la mujer de toda forma de abuso
y de dominio tiene un mensaje de perenne
actualidad, el cual broto de la actitud misma de Cristo.
Permitidme pues, queridas hermanas, que medite de nuevo
con vosotras sobre la maravillosa página bíblica que presenta la creación del
ser humano, y que dice tanto sobre vuestra dignidad y misión en el mundo.
<<No es bueno que el hombre esté solo. Voy a
hacerle una ayuda adecuada>> (Gen 2,18). En la creación de la mujer está
inscrito, pues, desde el inicio el principio de la ayuda, ayuda, no unilateral,
sino recíproca. La mujer es el complemento del hombre, como el hombre es
complemento de la mujer: mujer y hombre entre sí, son complementarios. La femineidad
realiza lo humano, como la masculinidad, pero con una modulación diversa y
complementaria.
Solo gracias a la dualidad de lo masculino y de lo
femenino lo humano se realiza plenamente.
A esta unidad de los dos, confía Dios no sólo la
obra de la procreación y la vida de la
familia, sino la construcción de la misma historia.
En la dimensión ética y social, en que afecta las
relaciones humanas y a los valores del espíritu, es en donde se desarrolla a
menudo sin clamor, a partir de las relaciones cotidianas entre las personas,
especialmente dentro de la familia, la sociedad, que es en gran parte deudora precisamente al
genio de la mujer.
En este cometido manifiestan una forma de maternidad
efectiva, cultural y espiritual, de un valor verdaderamente inestimable, por la
influencia que tiene en el desarrollo de la persona y en el futuro de la
sociedad.
Las invito ahora a ser mujeres. Mujeres en misión.
Brezy López.