Gloria y majestad a ti Señor,
porque cada día nos das la oportunidad de un nuevo día, gloria y honor a ti que
nos has dado el don de la vida, de una mañana para nuevamente amar y
recomenzar, nos has hecho fruto de la promesa máxima del amor; de ese amor sin
medida, de ese amor gratuito y absoluto. Hoy nada
me hace dudar.Yo sé que siempre estás ahí a la espera de quien desea sentirse amado, perdonado y consolado; a la espera de quien desea decirte
cuánto te
ama, cuánto
te anhela y lucha por permanecer en ti;
de quien pone sus manos vacías para que las llenes en tu servicio, y quien se
embelesa con tu dulce mirada a la dulce espera.
Padre,
bálsamo de nuestro espíritu,
regala a nuestros corazones mansedumbre para hacer tu voluntad, dános sencillez y humildad, para que vivamos fieles a ti; que no sólo estemos orgullosos de llamarnos tus hijos, sino
que vivamos para hacer tu mandato; que estemos orgullosos de saber la verdad y
vayamos por el mundo dando testimonio con la alegría de sabernos hermanos en ti, por conocer tu gran
misericordia, la plenitud de obrar de acuerdo a tu palabra, y que nunca falte en nosotros la caridad
por aquellos que de ti no saben nada.
Que seamos conscientes de que no basta pronunciar con la boca
cuanto te amamos y deseamos seguirte, sino que vivamos como verdaderos hijos de
Dios, fieles a construir un templo para ti en el
cuerpo y alma que nos has dado; que
nuestras obras hablen de quien habita en nosotros; permite que
comprendamos que no basta con desear hacer el bien, hay que
obrar bien; que no basta estar sedientos
de ti, hay que ir en busca de ti; que sólo tú, mi Señor, eres el manantial de vida que sacie la
sed.
Da a nuestros ojos claridad para encontrar la
luz de tu Espíritu que nos inspira para hacer aquello que hace arder el corazón
con la seguridad de que hemos obrado de acuerdo a ti; y como soplo del viento
que arrasa a su paso, así sé
tú sobre mí, llega sigiloso e impetuoso llevándote
todo aquello que me aparte de ti.
Ven a mí Padre, sé mi
alegría y melodía, sé la
razón de cada día… hasta nuevamente descansar en ti. Amén.
Rocío Río
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