Es necesario que Él crezca y que yo disminuya. (Juan 3, 30).
Señor Padre bueno, te doy gracias por que me permites estar aquí ante ti, en un diálogo de amor, hoy pongo en tus manos toda mi libertad para que dirijas mi vida, pongo mi voluntad a tus pies para que guíes mi camino.
Te pido Señor me des un corazón manso y humilde como el tuyo, permite que vea la grandeza en el alma de los demás, que me alegre de sus éxitos, que me compadezca de sus debilidades y a ejemplo tuyo sea realmente misericordioso con todos los que se crucen en mi camino.
Ayúdame a amarte como Tú me amas, y a transmitir ese amor en cada momento de mi vida, alimenta mi espíritu para que sea luz que ilumine, que las palabras que salgan de mi boca sean siempre para dar un mensaje de esperanza y de amor.
Tú conoces Señor todo lo que hay dentro de mi alma, sabes de mis alegrías y de mis tristezas, sabes lo que me preocupa y lo que me confunde, conoces todas mis debilidades y mis pecados, por ellos Señor te pido purifiques mi corazón hasta que sea totalmente agradable a tus ojos.
Que las personas que me vean, te vean a Ti, que yo desaparezca y seas Tú quien brille en mi.
Haz de mi una verdadera líder del amor, dame la fuerza que da tu evangelio para que pueda transformar a todas esas personas que hoy me escuchan, que tus palabras a través de mi enciendan los corazones con el fuego de tu amor.
Amén.
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