viernes, 13 de junio de 2014

La meditación de hoy...

¡Qué dulce es saber Señor que basta mi amor y tu misericordia para estar unidos! Qué maravilla saber que estoy  en cuerpo y alma rendida a tus pies percibiendo la gracia de que tú me hicieras hija tuya, que alegría despertar y sentir paz aún en este mundo perpetrado por el  desanimo y las dudas, que alegría poder escuchar tu voz que me susurra ¡Mi pequeña aquí estoy! aun en el bullicio de la frivolidad, que maravilla comprender tus deseos  aun en la obscuridad, el  desasosiego  y  la soberbia.
 Señor me restauras y sanas de todo aquello que pudiera hoy apartarme de la humildad de reconocerte como mi ¡Rey  y  mi Salvador! Tú mi médico, mi Padre y fiel e incondicional amigo, enséñame a perdonar, a amar y a seguirte, que ningún instante deje mi alma tu camino, que tu presencia nunca permita sequedad en mi espíritu porque tu Espíritu Santo derrama en mí el conocimiento de saber que si te pierdo a ti nada tendrá sentido, pues tu mi creador le das sentido a mi libertad,  a mis amores,  deseos y sueños.
Qué cálida es tu palabra  con que  llamas a servirte y aquí a solas… con lo peor y mejor de mi quiero ponerme como instrumento tuyo, quiero saborear tus gracias,  tu compañía, abre padre mi voluntad para continuar a tu lado sin desviar del sendero y te pido que en este andar  tu Madre Santísima me acompañe como mi guía, que yo sepa darle el lugar de Reina en mi caminar y abrirle el corazón de par en par confiando a ella los grandes tesoros de mi vida.
…..Que puedo ofrecerte de mi Señor?  ¡Tan frágil y simple que soy!.... pero  contemplar Madre  tu rostro virginal lleva esta pequeñez a reconocer que toda fuerza y gracia esta en Dios, ruego que al pasar el tiempo siga yo reconociendo la plenitud de abandonarme al verbo divino de tu vientre!. Mi Madre Santísima te pido que cada cuenta del rosario que hoy se ofrezca en tu nombre sea recibida entre tus manos como flores que agraden  tu resplandeciente corazón. Toma entre tus manos nuestras necesidades, dificultades, fortalezas, debilidades, virtudes y amor, aprisiónalas fuerte contra tu pecho y guárdalas en tu inmaculado corazón, llena nuestras almas con el perfume de tu amor y la seda tus brazos nos envuelvan cual capullo a una mariposa para que al cumplirse el tiempo pueda volar en plenitud nuevamente a la casa del Padre!.
 Amén.

Rocío Rio


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