Elevo
en esta mañana Señor mi adoración a tu soberana grandeza y pongo ante ti
nuestra oración, obras y sufrimientos.
Te
pedimos por nuestros sacerdotes, religiosas y vidas consagradas a quienes tu
Señor llamas a servirte, así quiero amarte como ellos en el valor de un sí,
amar con un corazón humilde que me inspire a dar más de lo que mis fuerzas
permitan.
Señor
toma mis manos, mi vida y llénalas con tus gracias, que tus deseos cumpla sin
cansancio y aunque la fuente de mi gratitud
se agote llénala cual cántaro
nuevamente con tu amor.
Te
llamo desde lo más intimo, confiando en que tu escuchas mi silencio e
interpretas mis deseos. Quiero vivir así pegadita a ti…. respirar del mismo
aire, tan cerca que te pueda escuchar,
y así sin apartarme de ti… me
renueves y salves de mi humanidad e
incluso de mi misma.
Ven
y entra Espíritu Santo, derrama tus frutos sobre mí, Tú que me conoces por mi nombre, arde en mí, ven y
funde mi corazón al tuyo, y así sin separarme de tu lado contemplarte sea mi alimento, déjame amar
como tú, sin condiciones ni reservas,
déjame sentir por mis venas correr el
poder de tu amor.., Tú, mi motivo, mi razón concédeme la gracia de tener una
familia santa que así como tu Sagrada Familia viva siempre a tu voluntad. Abre tus ojos y ponlos en nosotros ilumina
nuestro andar con tu luz y permite que
nuestro corazón lata al compas del tuyo, muéstranos tu rostro y como hijos tuyos adoremos hasta quedar sin
aliento.
Madre
mía, Santísima María, tu mi reina mi princesa, aniquila todo el miedo de la
maldad y dame valentía para seguirá tu Hijo.
Que así en tu compañía Madre pueda yo recibir el regalo de su amor para amarte
y agradecerte siempre.
Pongo
todo lo que soy para servirte, mi vida es para ti, con la belleza de la música,
la brisa del mar y la caricia del viento así en la pureza del amor infinito, sublime y eterno
Amén.
Rocío
Rio.
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