viernes, 27 de junio de 2014

Meditación de hoy...





Hermosa mañana en la que vengo a encontrarme contigo Padre, hermoso este encuentro cálido y profundo en que puedo arrodillarme y contemplarte; -Cuanto me amas mi Creador, Cuanto me alimentas con tu palabra, consuelas con tu presencia y alientas con tus promesas!
Quiero Padre ser para ti como una gota de agua entre tus suaves manos que se desliza y permanece en ellas ¡protégeme! Y no me  dejes  nunca caer. Padre ven y  entra en mi habitación ven siéntate a mi lado aquí cerquita escucha cuanto te amo, deseo que me escondas entre tus brazos, cúbreme con tus gracias y permite que tu dulce voz escuche al eco del palpitar de tu corazón pronunciar…Aquí estoy !
Dame la gracia de levantarme cada día inmersa en los rayos que salen de tú corazón y que el camino de mis días con ellos  se iluminen, es mi mayor ilusión.
Señor en Ti esta el poder de transformar cada desierto en oasis de aliento para continuar, parece fácil seguirte pero realmente la cuesta es ardua, aunque no existe un lugar más seguro que estar a tu lado para encontrar la plenitud, aún así me cuesta mucho pisar sobre tus huellas, da me  Padre sabiduría para comprender la aventura de tener toda mi fe puesta en ti, ayúdame a confiar todo lo que deseo a tu voluntad.
Hoy en especial Señor te pido entra en mis pensamientos y purifícalos, toma mi voz y has de ella un instrumento, posee mis brazos y sostén al que sufre, toma mis manos y sirve, mis ojos para encontrar y  mi alegría para irradiar.
Aquí en este breve espacio como cielo  llena mi alma, fortifica mi fe, transforma mi dolor y sana cualquier herida que sangre aún, amordaza mis labios cuando palabras de  ira  salgan y dañen a esas criaturas que tú has amado desde el mismo instante en que tu vida por la suya cediste.
Señor no importa el tiempo que me invites  a servirte pero cuando lo hagas inflama mi voluntad y permite que a quien yo pueda apoyar lo haga con todo el amor que tú hoy has dejado en mí.
Madre Santísima perfecciona en mi el Don  de ser esposa, madre, hermana y amiga, dulcifica mi tono, fortalece mis inquietudes, reafirma mi voluntad de servicio y que brille en tu honor   cada paso que en tu nombre realice.
Que mis rodillas se doblen Señor al contemplar tus heridas y mi alma se postre ante TI.
Amén.


Rocío  Río

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