Maravilloso eres Señor, grande y poderoso!
grandes son tus palabras, grande es tu herencia, bendigo la tierra que te viera
nacer, bendita sea Israel, pues al mundo entraste por ella, aquí es
donde comenzó a escribirse tu historia….
nuestra historia!, tú mi Jesús que en esta tierra pisaras con tus pies
descalzos de niño con tus sandalias de maestro, cuida de ella, cuida a tu
pueblo y ten piedad de ellos.
Tú mi
pastor quien bajaras a lo más íntimo del hombre,
dando una muestra de lo grandioso que es
el amor del Padre, ven a mi encuentro, dame un
corazón de niño, da a mi ser la
capacidad para transportar mi alma a aquellos tiempos cuando tú con el mar de
tu inagotable sabiduría dabas muestra del camino que dejabas para mi, mi corazón es tuyo, mi ser te pertenece,
cuantas veces deseo perder el aliento por seguirte, encontrar el silencio que me de paz y llenarme de tu
Espíritu reparador, cuantas veces Padre bien lo sabes y aún sigo deseando no
soltarme y volver a ti, el camino es fácil las piedras muchas.
Imagino volver el tiempo y estar en esas
rocas sentada con el viento en la cara escuchando tan solo una sola de tus
palabras, como desear haber estado en Galilea lugar donde obraste tu primer
milagro que fuera escenario durante tu vida pública , donde
elegiste a tus discípulos, cuanto me
hubiera gustado ser uno de ellos ver mi rostro reflejado en tus pupilas,
llamarte amigo, compartir tu mesa, reír contigo secar tus manos … lavar tus pies descalzos, que
maravilloso y grande acompañarte al mismo Jordán donde te
bautizarán, haber sido participe del
momento en que las puertas a un nuevo
amor, a un nuevo perdón llegará.
Mi
dulce paz, mi trinidad que adoro, muéstrame tu rostro, permíteme resurgir tantas veces cuanto sea
necesario para permanecer a tu lado, así
como tu tierra bendita que tantas veces
destruida sigue siendo mosaico de
culturas, tierra fértil donde se alaba tu bendito nombre, tierra fértil donde
tu Santo nombre es obra y lienzo, donde continua la esencia de tu presencia. Oh! mi Cristo
amado descanso del esfuerzo, gozo eterno, crucificado por tu inmenso amor, ven y sácame del fango de mis pasiones, de mi frágil corazón, ven y condúceme a tu tierra
prometida, como niño entre tus manos guíame, no permitas que me aparte de ti y
defiende a este hijo tuyo que te ama, te alaba y te bendice
todos los días de su vida.
Amén
Rocío Río
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