viernes, 29 de mayo de 2015

LA ORACIÓN DE HOY...



Maravilloso eres Señor, grande y poderoso! grandes son tus palabras, grande es tu herencia, bendigo la tierra  que te viera nacer, bendita  sea Israel, pues al mundo entraste por ella, aquí es donde comenzó a escribirse tu  historia…. nuestra historia!, tú mi Jesús que en esta tierra pisaras con tus pies descalzos de niño con tus sandalias de maestro, cuida de ella, cuida a tu pueblo y   ten piedad de ellos.
  Tú mi pastor   quien bajaras a lo más íntimo del hombre, dando una  muestra de lo grandioso que es el amor del Padre, ven a mi encuentro,  dame un  corazón de niño, da  a mi ser la capacidad para transportar mi alma a aquellos tiempos cuando tú con el mar de tu  inagotable  sabiduría  dabas muestra del camino que dejabas para mi,  mi corazón es tuyo, mi ser te pertenece, cuantas veces deseo perder el aliento por seguirte, encontrar el  silencio que me de paz y llenarme de tu Espíritu reparador, cuantas veces Padre bien lo sabes y aún sigo deseando no soltarme y volver a ti, el camino es fácil las piedras muchas.
        Imagino volver el tiempo y estar en esas rocas sentada con el viento en la cara escuchando tan solo una sola de tus palabras, como desear haber estado en Galilea lugar donde obraste tu primer milagro que  fuera  escenario durante tu vida pública , donde elegiste  a tus discípulos, cuanto me hubiera gustado ser uno de ellos ver mi rostro reflejado en tus pupilas, llamarte amigo, compartir tu mesa, reír contigo secar tus manos … lavar tus pies descalzos, que maravilloso y  grande  acompañarte al mismo Jordán donde te bautizarán, haber sido participe del momento en que  las puertas a un nuevo amor,  a un nuevo perdón llegará.
 Mi dulce paz, mi trinidad que adoro, muéstrame tu rostro,  permíteme resurgir tantas veces cuanto sea necesario para permanecer a tu lado,  así como  tu tierra bendita que tantas veces destruida sigue siendo  mosaico de culturas, tierra fértil donde se alaba tu bendito nombre, tierra fértil donde tu Santo nombre es obra y lienzo, donde continua  la esencia de tu presencia. Oh! mi Cristo amado descanso del esfuerzo, gozo eterno, crucificado por tu inmenso amor,  ven y sácame del fango de mis pasiones, de  mi frágil corazón, ven y condúceme a tu tierra prometida, como niño entre tus manos guíame, no permitas que me aparte de ti y defiende a este hijo tuyo que te ama, te alaba y te bendice todos los días de su vida.  

Amén

Rocío Río

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