Mi amadísimo Padre, estoy aquí hoy de
rodillas suplicante, con el rostro avergonzado, con el corazón desgarrado, mi
alma esperanzada y mi espíritu contrito,
hoy vengo a implorar misericordia, quiero soltarme del yugo de mi
conciencia… es tan fuerte lo que llevo aquí guardado, aquí cargando, que solo
puedo pronunciar ¡perdóname! Perdona mi frágil voluntad, mi absurdo actuar.
Padre, como hija he fallado, por eso acudo a ti mi dulce
y perfecto corazón desbordante de
misericordia, tú que a Jeremías dijeras:
Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te
consagré! Palabras que algún día ignore
y hoy dan luz a mi razón, mi Señor,
estando aquí de rodillas ante tu hijo clavado en su cruz, contemplándole imagino cada gota de su sangre derramada por
mí, por ms pecados… por mi salvación.
¿Cómo llegue a este desierto?
No recuerdo Padre, ¿donde de tu mano me
solté? ¿Donde deje de querer ser mas tu niña?.
Intento hacer
un recuento de mi vida y
recuerdo con nostalgia aquellos días que de niña me sentía la princesa
de algún cuento, brotaba espontanea la
alegría, y sabía que era el tesoro de tu
cariño, emanaba de mi la capacidad de amar soñando con ser la mejor
mamá, mi deseo se volcaba arrullando entre mis brazos al que me
imaginaba era mi hijo , mis brazos eran
cuna capaz de cuidar mejor que nadie de ese niño , acariciaba sus brazos ,recorría lo perfecto
de sus manos, lo frágil de sus pies y
lo arropaba con el suave terciopelo del amor materno! Brotaba una
canción e imaginaba que algún día en mi
vientre en verdad le llevaría! Nacía una
dulce canción, imaginaba su rostro, su nombre y su voz.
Era un día común en mi algo
sucedió, no sé donde Señor
ni cuando ocurrió pero de pronto me encontré por la vida caminando con
el único deseo de usar mi libertad, de tomar todo a mi voluntad, y di paso a la
obscuridad, Tu Padre, que me bordaste en el vientre de mi madre, nunca me
soltaste… mas yo, yo decidí
alejarme.
Fuiste testigo de cada paso y aunque me gritabas,
aunque en tu rostro se dibujara un lagrima suplicante que regresará....
nada, nada en mi cambiaba.
Recuerdo el día en que
fruto del mal uso de mi la libertad
mi vientre inmaduro una vida gestaba,
el sagrario de la vida me estorbaba y mi espiritu se congelaba anulando cualquier rastro de amor, respeto, valor
o dignidad . Todo lo que de niña
imaginaba ahora como lapida pesaba.
Oh mi madre,
María madre del cielo! porque tu llanto no escuchaba? Porque sorda y
ciega caminaba? Hoy pienso tanto
en ese niño que fue victima de mi
sanguinaria desición , deseo devolver el tiempo
y dar cabida a la inocente e indefensa sonrisa del que
erronamente como su madre me eligió.
Tu María, mi ejemplo de humildad, mi calor de hogar intercede por mi, que ese pequeño que en mi no hayo mas que
dolor sea consolado con el papitar de tu dulcisimo corazón, Madre Santisima dile al Padre que renueve mi interior y llene mi vida con su amor, que en mi
miseria algo pueda transformar para alcanzar el auxilio de su misericordia, para el no hay imposibles, hablale de mi
arepentimiento y mi fracturado corazón. Él que obras grandes ha hecho en ti que
vuelva a mis sus ojos y pueda yo clamar por mi insensatez, purifica mi intención y
transforma este dolor en obra nuevamente
de amor.
Madre mia, dile al Señor que llamo a su
puerta que vengo con la docilidad de una hija que ha estado con el alma yerta.
Conduceme Señor pues a veces ya no tengo
fuerzas, amame aunque hoy no lo merezca toma mi
vida, llena mi alma de bondad, se mi oasis de paz para nuevamente a tu lado
caminar, te pido Padre que mi alma de ti
se enamore, mi corazon te adore y mi hijo así como tú algun día me perdone.
Amén
POR: Rocío Rio
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