lunes, 11 de mayo de 2015

ORACIÓN DE UNA MADRE QUE ABORTÓ



Mi amadísimo Padre, estoy aquí hoy de rodillas suplicante, con el rostro avergonzado, con el corazón desgarrado, mi alma esperanzada y mi espíritu contrito,  hoy vengo  a implorar  misericordia, quiero soltarme del yugo de mi conciencia… es tan fuerte lo que llevo aquí guardado, aquí cargando, que solo puedo pronunciar ¡perdóname! Perdona mi frágil voluntad, mi absurdo actuar.
    Padre,  como hija  he fallado, por eso acudo a ti   mi dulce  y  perfecto corazón desbordante de misericordia, tú que  a Jeremías dijeras: Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré!  Palabras que algún día ignore y hoy dan luz a mi razón,  mi Señor, estando aquí de rodillas ante tu hijo clavado en su  cruz, contemplándole  imagino cada gota de su sangre derramada por mí, por ms pecados… por mi salvación.
     ¿Cómo llegue a este desierto? No recuerdo Padre,  ¿donde de tu mano me solté? ¿Donde deje de querer ser mas tu niña?.
     Intento hacer  un recuento de mi vida y    recuerdo con nostalgia aquellos días que de niña me sentía la princesa de algún  cuento, brotaba espontanea la alegría, y  sabía que era el tesoro de tu cariño,  emanaba de mi la  capacidad de amar soñando con ser la mejor mamá,  mi deseo se  volcaba  arrullando entre mis brazos al que me imaginaba era mi hijo , mis  brazos eran cuna capaz de cuidar mejor que nadie de ese niño ,  acariciaba sus brazos ,recorría lo perfecto de sus manos, lo frágil  de sus  pies y  lo arropaba con el suave terciopelo del amor materno! Brotaba una canción e imaginaba  que algún día en mi vientre  en verdad le llevaría! Nacía una dulce canción, imaginaba su rostro, su nombre y su voz.
     Era un día común en mi algo sucedió,  no sé donde  Señor  ni cuando ocurrió pero de pronto me encontré por la vida caminando con el único deseo de usar mi libertad, de tomar todo a mi voluntad, y di paso a la obscuridad, Tu Padre, que me bordaste en el vientre de mi madre, nunca me soltaste… mas  yo, yo  decidí  alejarme.
     Fuiste testigo de cada paso y aunque  me gritabas,  aunque en tu rostro se dibujara un lagrima suplicante que regresará.... nada, nada en mi cambiaba.
      Recuerdo el  día en que  fruto del  mal uso de mi   la libertad  mi vientre inmaduro una vida gestaba,   el sagrario de la vida me estorbaba y mi espiritu se congelaba anulando  cualquier rastro de amor, respeto, valor o  dignidad . Todo lo que de niña imaginaba ahora como lapida  pesaba.
  Oh mi madre,  María madre del cielo! porque tu llanto no escuchaba? Porque sorda y ciega caminaba?  Hoy pienso  tanto  en ese  niño que fue victima de mi sanguinaria desición , deseo devolver el tiempo  y dar cabida  a   la inocente e indefensa sonrisa del que erronamente como su madre me eligió. 
    Tu María, mi ejemplo de humildad, mi calor de hogar  intercede por mi,  que ese pequeño que en mi no hayo mas que dolor  sea  consolado  con el papitar de tu dulcisimo  corazón, Madre Santisima dile  al Padre que renueve mi interior  y llene mi vida con su amor, que en mi miseria algo pueda transformar para alcanzar el auxilio de  su misericordia, para el  no hay imposibles, hablale de mi arepentimiento y mi fracturado  corazón. Él que  obras grandes ha hecho en ti que vuelva a mis sus ojos y pueda yo  clamar  por mi insensatez, purifica mi intención y transforma este dolor en obra  nuevamente de amor.
    Madre mia, dile al Señor que llamo a su puerta que vengo con la docilidad de una hija que ha estado  con el alma yerta.
     Conduceme Señor pues a veces ya no tengo fuerzas, amame aunque hoy no lo merezca  toma  mi vida, llena mi alma de bondad, se mi oasis de paz para nuevamente a tu lado caminar,  te pido Padre que mi alma de ti se enamore, mi corazon te adore y mi hijo así como tú algun día me perdone. Amén

POR: Rocío Rio


No hay comentarios.:

Publicar un comentario