domingo, 14 de diciembre de 2014

GAUDETE





Creo en Ti Padre bueno. en esta mañana de invierno dispongo mi corazón para que entres en mi, te pido perdón por mis infidelidades y mi negligencia para contigo, no tengo voluntad suficiente para seguir tus mandatos, pero tu gracia me es suficiente para agradarte Señor. Por eso es que hoy simplemente me pongo en tu presencia para dejarme llenar por ti. Dios de amor.
Espero en Ti, Jesús amado, deseo vivir pegada a las heridas de tus pies, compartiendo contigo y haciendo tu voluntad. Llévame de tu mano por el camino que tu desees. Derrama tu sangre preciosa en mi y purifícame para ser digna de besar tus llagas.
Te amo Señor, con todo mi corazón. Enciende en mi éste corazón frío para que sea capaz de amar como a ti te agrada. 

Isaias 60, 1-2.

Levántate y resplandece, 
Jerusalén, que llega tu luz, 
la gloria del Señor sobre ti.
Es verdad que la tierra 
está cubierta de tinieblas 
y los pueblos de oscuridad,
pero sobre ti amanece el Señor 
y se manifiesta su gloria.

Que gran esperanza da el saber que en cada amanecer estás conmigo Señor, aunque los días parecen oscuros y la violencia resuena por doquier, la alegría de tu nacimiento resplandece como la estrella en Belén. La podemos ver de todos lados, desde el norte hasta el sur. Porque tú eres el Dios creador de todo cuanto existe y has querido por amor a mi y a mis hermanos iluminar nuestros pasos con tu Hijo  amado.
Luz de todas las naciones, alegría que da esperanza en este mundo lleno de pesimismo, las noticias hablan de guerra, pobreza, abusos, nos pintan un futuro aterrador. Pero quien confiar en ti no entristece, porque tiene la seguridad de tu gloria.
Permite Señor que no deje de admirar  cada día la grandeza de las rosas, el cantar de los pájaros, el aroma del jazmín, que en cada persona descubra una oportunidad para estar más cerca de ti. 

Ayúdame Señor a vivir con la alegría que viva María Nuestra Madre, esa alegría que le daba el vivir tan cerca de ti. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario