Aún
cuando ser feliz debería ser el objetivo de cada uno de nuestros dÍas, en todo momento las personas nos mostramos más
infelices e insatisfechos con la realidad con la que vivimos.
Todos
los días estoy segura, la mayoría de nosotros nos levantamos tratando
de vivir de esta manera, conforme van pasando las horas, perdemos el objetivo
que nos planteamos al inicio, mi
pregunta aquí sería: ¿se nos olvida que el tiempo se va?¿es latente la tristeza
y la agonía de existir? ¿el día a día nos pesa? ¿se vale decir, hasta aquí?
Interrogantes
que harán un lastre de nuestra persona si no encontramos respuesta a nuestra
existencia. ¿Cómo le hacemos para
anunciar que la felicidad existe?, buena
pregunta y quizá tardemos toda la vida en descubrirlo, pero reflexionemos
en algunos puntos.
El
encuantro con el SER nos viene a colmar
la sed de ser amados, en medio de toda tribulación debemos sacar la esencia que
da la fuerza necesaria para vivir, no para sobrevivir. Estamos dotados con un
don especial de existencia, somos capaces de darnos cuenta de nuestra
existencia, y con eso debería de ser suficiente para sentir gran alegría.
Diseñados
como seres perfectos, especiales, únicos e irrepetibles con un amor personal,
el amor que todo lo puede, nuestro Creador.
¿Motivos
para ser feliz? uff son incontables, ahí te van sólo por mencionar algunos:
despertar, gozar de salud, tener personas que nos amen, familia, hijos, esposo
(a), capacidad de trabajar, de dar un algo de nosotros a alguién más, disfritar de una melodía, una
fresca mañana, el agua fresca del mar, el olor de una rica sopa, etc, y más aún,
cuando todo esto no existierá, tenemos el amor de quién nos penso desde la eternidad,
Dios, ¿lo habías pensado? Somos su obra perfecta, y solo por eso deberíamos
estar agradecidos, disfrutarlo y vivirlo al máximo.
“Si le dieras gracias a Dios por todas las
alegrías que él te da, no te quedaría ya tiempo para lamentarte.”
Maestro
ECKHART.
Brezy López
MCF
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